Virus del Nilo Occidental, virólogo Parrella: "La situación está bajo control, pero no hay cura; hay que proteger a los más vulnerables".


El virus del Nilo Occidental ha vuelto a circular en Italia, de forma similar a años anteriores. Las recientes muertes —siete reportadas oficialmente en las últimas semanas en Lacio, Campania y Piamonte— han llamado la atención pública sobre una enfermedad infecciosa que a veces se pasa por alto, pero que no es ni mucho menos marginal en términos de salud pública.
Para Roberto Parrella , presidente de la Sociedad Italiana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales (SIMIT) y director de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Cotugno de Nápoles, quien monitorea a varios pacientes infectados con el virus, la creciente propagación del virus del Nilo Occidental en Italia "no debería alarmar, sino que requiere responsabilidad y concienciación". "Ya no es momento de considerar estas infecciones exóticas o raras", explica, "y el desafío de los arbovirus, amplificado por el cambio climático y los movimientos migratorios de aves e insectos, debe abordarse con herramientas modernas y un enfoque multidisciplinario".
Las infecciones se propagan rápidamente. ¿Qué está provocando la propagación del virus?
El virus se transmite por el mosquito común del género Culex pipiens, ampliamente extendido en nuestro país y favorecido por el cambio climático, que contribuye a extender la temporada de actividad del vector y a aumentar su densidad. La enfermedad causada por el virus del Nilo Occidental, conocida como enfermedad del Nilo Occidental, es mayoritariamente asintomática (aproximadamente el 80 % de los casos), pero en una proporción significativa de pacientes puede manifestarse con síntomas gripales y, en menos del 1 % de los casos, puede progresar a formas neuroinvasivas graves, con encefalitis, parálisis y, en ocasiones, desenlace fatal, especialmente en personas mayores y frágiles.
La preocupación ciudadana también va en aumento. ¿Están alarmados los expertos?
La situación está bajo control, pero no podemos subestimarla. En SIMIT, creemos que es esencial mantener un alto nivel de vigilancia por parte de las instituciones, el personal médico y la población. Un enfoque eficaz para esta infección se basa en tres pilares: vigilancia epidemiológica, diagnóstico oportuno y prevención ambiental.
¿Cómo reconocer los síntomas en casos sospechosos?
El virus del Nilo Occidental no se transmite de persona a persona: el único vector es el mosquito infectado, que a su vez se infecta principalmente al alimentarse de la sangre de aves migratorias. Una vez infectados, los humanos son un "huésped terminal", es decir, no participan en la cadena epidemiológica.
Por lo tanto, el diagnóstico requiere una atención clínica minuciosa. Los síntomas, inicialmente parecidos a los de la gripe (fiebre, dolor de cabeza, sarpullido, dolores musculares), pueden progresar a temblores, confusión, somnolencia y trastornos neurológicos. La sospecha temprana de la enfermedad es crucial, especialmente en urgencias y por parte de médicos generales. La mayoría de las infecciones escapan al diagnóstico precisamente porque son leves o asintomáticas: los casos graves son solo la punta del iceberg.
¿Existe una cura específica para el virus del Nilo Occidental?
Actualmente, no existen antivirales específicos aprobados para el virus del Nilo Occidental. El tratamiento es sintomático y de soporte, con inmunoglobulinas o antivirales experimentales en casos seleccionados. Por lo tanto, la prevención primaria es nuestra primera y más eficaz línea de defensa.
¿Son suficientes los planes de prevención y vigilancia desarrollados por el Ministerio y las Regiones?
La circular del Ministerio de Salud del 21 de julio, que refuerza la red de vigilancia clínica y ambiental, es un paso en la dirección correcta. La colaboración entre las autoridades sanitarias, las redes regionales de enfermedades infecciosas y los gobiernos locales es esencial para monitorear la evolución del virus y responder con rapidez a los brotes. La red de enfermedades infecciosas, fortalecida tras la emergencia de la COVID-19, ya está activa y, gracias a la concienciación de los colegas, fue posible diagnosticar los primeros casos con prontitud, lo que demuestra la importancia de la formación continua del personal sanitario.
Se habla cada vez más de Una Salud, la salud interconectada de las personas, los animales y el medio ambiente. ¿Qué importancia tiene la colaboración entre diferentes sectores para abordar los desafíos de la salud global?
Además de la vigilancia clínica, la prevención ambiental sistemática e integral es esencial. La desinfestación, el uso de larvicidas y adulticidas, y el monitoreo entomológico son herramientas esenciales. Los municipios deben intervenir en zonas de alto riesgo (humedales, estanques y espacios verdes), pero la ciudadanía también debe contribuir. Eliminar el agua estancada en jardines, macetas y recipientes sin tapar, usar mosquiteros y repelentes, y proteger las viviendas son medidas sencillas pero eficaces.
Nos encontramos ante un escenario en evolución: ¿cuál es el impacto del clima en la propagación de los arbovirus?
El regreso del virus del Nilo Occidental no es un incidente aislado. En los últimos años, hemos presenciado la aparición, incluso en Italia, de otros virus transmitidos por mosquitos, como el dengue, el chikunguña, el zika y el virus Usutu. Algunos de estos se consideraban exclusivamente tropicales. Hoy, gracias a las cambiantes condiciones climáticas y ambientales, nuestro país se ha convertido en un hábitat favorable. Por lo tanto, debemos ampliar nuestro enfoque a toda la familia de arbovirus, implementando estrategias integradas de prevención que también incluyan la vigilancia veterinaria y el control de animales centinela, como caballos y aves silvestres.
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